Francisco Carreño: “No hace falta plantar más árboles, hay que mantener los que hay”

Piden una compensación económica por los servicios de los ecosistemas que prestan

Francisco Carreño: “No hace falta plantar más árboles, hay que mantener los que hay”
  

La superficie forestal de España asciende a 27 millones de hectáreas, un 55% de su extensión. Nuestro país, con 7.200 millones, es el tercero de Europa tras Finlandia y Suecia en número de árboles. Con estos datos, Francisco Carreño (Murcia, 1959), presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), que gestiona el 67% de estos bosques, señala que el problema no está en plantar más árboles y crear más superficie forestal, sino en mantener lo que tenemos. Para lograrlo, pide invertir en gestión forestal sostenible mediante ayudas, incentivos fiscales, además de recibir una compensación por los servicios que están ofreciendo a la sociedad.

¿Cuál es la situación de los bosques en España?

Pues, desgraciadamente, de abandono. Pero no solo de los privados, sino también de los públicos.

Pues hay campañas y planes para plantar millones de árboles.

Es una barbaridad. Nosotros estamos en contra. Habrá sitios donde es necesario repoblar, pero no hace falta plantar más árboles, hay que mantener y gestionar los que ya hay. Para nosotros, gestión es sinónimo de conservación, de mantenimiento de nuestros ecosistemas forestales.

¿Cuál es entonces la clave?

La piedra angular es invertir en gestión forestal sostenible para mantener en buen estado las masas forestales y crear riqueza.

¿Y eso cómo se hace?

Los privados no tenemos ningún instrumento para gestionar. Solo hay un 12% de la superficie que tiene un plan de gestión. Nosotros estamos fomentando que nuestros socios gestionen sus montes con una serie de herramientas que pedimos a la Administración.

¿De dónde salen los créditos de carbono que el Estado le da a las empresas? De lo que producen nuestros bosques

¿Cuáles son?

Incentivos fiscales, ayudas, ahora son irrisorias; invertir más en prevención y no tanto en extinción, eliminar barreras administrativas y recibir una compensación por los servicios de los ecosistemas.

¿Cuál es la parte fiscal?

Es un cuadro fiscal acorde con la labor que desarrollamos y adaptada a nuestros ciclos productivos, que son de largo plazo. Pedimos incentivos fiscales a aquellas personas que inviertan dinero en el monte a través de deducciones en su base imponible de entre un 30% y un 50%. Y esto no es tanto, porque hemos calculado que le devolvemos más dinero a las arcas públicas que lo que hemos recibido con esa deducción.

¿Han calculado la rentabilidad de los bosques españoles?

Solo hay un estudio sobre los bosques en Andalucía del profesor Pablo Campos, que la cifra en 816 millones de euros. Haciendo un cálculo parecido, nos sale que se generan 100 euros por hectárea y año. Realmente solo percibimos 5 euros, fundamentalmente de la caza. El resto lo estamos ofreciendo gratuitamente a la sociedad.

La piedra angular es invertir en gestión forestal sostenible. Para nosotros, gestión es sinónimo de conservación

Su lema es que quien descontamina debe cobrar por ello. Es un concepto aún sin desarrollar.

Hay una corriente muy clara en la UE y en Naciones Unidas que dice que los recursos públicos deben ir a quienes produzcan bienes públicos.

Eso es mucho dinero, 2.700 millones de euros.

Eso estamos pidiendo. El 20% de las emisiones en un año son absorbidas por nuestros bosques. ¿De dónde salen los créditos de carbono que el Estado le da a las empresas? De lo que producimos nosotros. Y eso nos lo han quitado, nos lo han expropiado. No queremos que nos paguen por eso, pero ayúdame.

¿Cuántos empleos se crean en el monte?

Son muchas variables y es difícil saberlo a nivel nacional. Hay alrededor de 300.000 empleos en el sector forestal, incluyendo la industria. En el monte serían como unos 90.000 empleos.

Los empleos también ayudan a fijar población en estas zonas.

Las labores forestales son muy intensivas en mano de obra, lo sabemos. Por eso tenemos proyectos como el de la recuperación del chopo en la Vega de Granada. Una hectárea de chopo genera cinco empleos en el monte y diez en la industria. La mejor manera de fijar población y vertebrar es reindustrializando el medio rural.

¿Cómo se llama el proyecto?

Se llama Wood for Future y tiene como objetivo impulsar un tejido empresarial e industrial. Será la primera agrupación de productores en toda España de madera de chopo.

¿Cuáles son las principales actividades económicas tradicionales de los bosques?

La madera es el producto estrella. En su categoría están, además, la leña, la biomasa, etc. Y fuera de la madera está la resina, el corcho, las setas, el piñón.

¿Y las nuevas vinculadas a los servicios ecosistémicos?

Son cuatro: la fijación de CO2, el ciclo del agua, la biodiversidad y la lucha contra la erosión.

¿Qué resultados han obtenido con el primero?

La UE nos ha aprobado el programa Life Forest CO2. Con él hemos visto que donde hay un plan de gestión se incrementa de forma espectacular la fijación del dióxido de carbono. Ya tenemos un buen número de créditos para vender, aunque de momento solo lo podemos hacer en el mercado voluntario de emisiones. Estamos luchando en el Miteco para poder entrar al mercado regulado, donde se paga más por estos créditos. Esta sería una de las herramientas más eficaces para estimular la gestión entre nuestros asociados. Hablamos de 50 euros por tonelada y año.

¿Y en el ciclo del agua?

Es otro plan europeo con el que estamos midiendo cómo aumenta el árbol la captación de cada gota de agua, estimulando la formación de nubes y, por tanto, la lluvia, a través de la evapotranspiración. Además, el árbol canaliza el agua recargando los acuíferos, mejorando la estructura del suelo y su porosidad.

Los árboles también evitan la erosión del suelo.

Y su papel es fundamental en la cabecera de las cuencas de los ríos y en los pantanos, donde funcionan como esponjas, disminuyen la velocidad y los arrastres, evitando la erosión.

¿Y respecto a la biodiversidad?

Es evidente que un monte nuevo, verde y vivo produce más biodiversidad que otro que no lo está. Nuestro país aporta a la UE 85.000 especies de flora y fauna.

 

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